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Cholulteca. Quesque actor de teatro. Dedicado a la publicidad. Amante de la música (la buena), el vino (el bueno, sobre todo tinto) y la lectura. Y por supuesto, escribir en este blog.

marzo 26, 2008

¿La cultura para todos?



Hoy tuve la fortuna de ir a ver la exposición Ashes and snow, de Gregory Colbert, en el zócalo de la Ciudad de México.

Debo comenzar diciendo que en realidad es un "must" y que no se arrepentirán de asistir puesto que en realidad el autor plasma imágenes increíbles que merecen mucho la pena ver tanto en fotografías como en video. Además, la exposición se acompaña de un soundtrack que es una pieza exquisita con artistas de la talla de Lisa Gerrard (Dead Can Dance) y Michael Brook.


Sin embargo, y he aquí el gran pero, la verdad es que no lo disfruté como esperaba. Para empezar, las fotografías están impresas en gran formato, lo que implica que no se ven bien de cerca pero se ven muy bien a cierta distancia, sin embargo las características del emplazamiento no permiten ver las imágenes en todo su esplendor ya que están colocadas a lo largo de dos corredores no tan anchos y de manera paralela por parejas.


Si a esto le añadimos que la entrada es gratuita y que la exposición está montada en plena plancha del zócalo y que esta semana es de vacaciones para muchos (como yo), pues resulta ser un verdadero calvario. Pero les cuento mis aventuras con más detalle.


Me fui al DF en camión para evitar las broncas de estacionamiento y el manejo de regreso con el cansancio que se acumulara, lo que realmente resultó ser una excelente idea. Traslado en el Sistema de Transporte Colectivo Metropolitano, mejor conocido como el Metro, hasta el zócalo aunque me bajé en Pino Suárez y caminé tres cuadras para llegar y rodear por completo el lugar por la falta de señalamientos respecto a la ubicación del comienzo de la fila.


Finalmente empecé a hacer la fila y continué haciéndolo durante los siguientes 48 minutos aunque en un esquema tipo Disneylandia en el que te ponen incluso banquitas para que descanses por lo que no se te hace tan pesado. Incluso justo antes de pasar finalmente me marcaron el alto a dos personas de pasar por lo que en vez de ser de los últimos del pelotón, fui de los primeros del siguiente.


Ahí es donde empezó el desmadre: demasiada gente entrando al mismo tiempo. No te podías detener el tiempo que te hubiera gustado para admirar las fotografías del lado que te tocaba y si intentabas mirar al otro lado, con el río de personas pasando delante de tí era imposible tener un momento tranquilo para ver la imagen completa. Al final del pasillo un video siendo visto por mucha más gente con unos amables edecanes que te pedían constantemente que te hicieras lo más adelante posible. Y eso que no cuento a la pareja de atrás de mí que se la pasó discutiendo todo el primer video que si era un orangután o un chimpancé, como si eso fuera lo trascendiente de todo.


Total, al final decidí no quedarme a ver los videos porque la mamá de una amiga compró el DVD y la verdad me estaba engentando rápidamente por lo que mi limité a recorrer el tercer y último pasillo de fotografías con la calma que pude conseguir para finalmente salir a la tienda y gastar mi dinerito en souvenires.


Como conclusión me aventuro a decir lo siguiente:


  1. Increíble que sabiendo de antemano las características de su material no hayan sido capaces de encontrar una mejor distribución de las fotografías para que por lo menos no tuvieras que "perderte" de admirar las del extremo contrario.


  2. Gandalla el hecho de que no te cobren la entrada pero te quieran vender el libro de las fotografías en $5,000.00 pesos y los posters en $200.00 (y te los dan enrollados dentro de una bolsa con el riesgo de aplastarlos fácilmente.


  3. Ridículo que por dejar la entrada libre el lugar se haya abarrotado de gente sin que los organizadores hayan hecho algo al respecto puesto que al final no se puede disfrutar de la misma manera. Digo, me da gusto que la cultura esté al alcance de todos, pero no me gusta cuando por eso no puedes admirar lo que vas a ver y además compartes el pasillo con los chavos que se fueron de pinta de la secundaria, las monjas que llevan a los viejitos cascarrabias del asilo, el papá que lleva a la familia completa y ni siquiera sabe qué animales están siendo retratados pero de igual manera contesta a las preguntas de sus hijos y el individuo que lleva la bolsa entera de pan Bimbo llena de sandwiches de jamón que se va comiendo a lo largo de la exposición.


  4. Insatisfecho me deja el hecho de que al final me quede dudando de si las fotografías y videos son composiciones realizadas en postproducción o son imágenes sin trucos, puesto que en ningún lugar te dicen el cómo lo hizo.


Sin embargo al final creo que valió la pena por el mensaje de todo el proyecto que está más allá de la experiencia en si. Además el nivel de producción definitivamente hace que todo te cause una tremenda y, en mi caso, muy positiva impresión pese a los errores.



En fin, ojalá podamos contar con más ejemplos de este tipo en el futuro aunque idealmente poder tener una exposición con este nivel de organización, apoyo y recursos pero de artistas mexicanos con proyectos nacionales.



Por lo pronto, si pueden, no se la pierdan y si de plano no pueden ir, por lo menos visiten su página: http://www.ashesandsnow.org/es/exhibition/nomadic-museum.php



SiNfuLJaMeS

marzo 21, 2008

Cockteles varios

Como hace mucho que no posteo (¿qué tal con mi verbo nuevo? yo posteo, tu posteas, él postea, etc.), y tengo varias cosas que decir, decidí hacer un combinado de varios sabores a ver qué sale...

Internet's Adiction

Empecemos por el principio. Una amiga me diagnosticó con este mal de la sociedad moderna y la verdad es que creo que tiene razón. No lo hemos definido muy a fondo pero en mi caso los síntomas fueron los siguientes:
1. Ansiedad
2. Irritabilidad
3. Síndrome de desatención

Y la lista podría seguir, pero tampoco es el caso. Lo que sí es el caso es comentar que todo se derivó de dos acciones aisladas que me afectaron directamente. La primera fue que en la oficina terminaron por determinar que el leer (y escribir blogs), forma parte de la "socialización cibernética" y por lo tanto de unos meses para acá está restringido el acceso; aún a pesar de que soy de los pocos que tengo permisos especiales para visitar sitios como el Hi5 ya que nos hemos anunciado ahí.

La segunda es porque hace tres semanas mi vecina fue despojada del router que tenía prestado y por lo tanto mi papá y yo nos quedamos sin acceso a internet. Que ya entrando en confianza comentaré que se trataba de una conexión a internet con una calidad de señal punto menos que inexistente y que dependiendo del contentillo del router, del humor de la hija de la vecina o de que alguien estuviera utilizando un teléfono inalámbrico o celular cerca era de una rayita o ninguna. Realmente frustrante ahora que lo recuerdo.

Por suerte mi papá accedió a contratar el servicio directo y aunque mi apuesta era que tendría acceso a internet a partir del próximo lunes, desde el miércoles pasado he visto disminuir mis síntomas al mínimo y puedo checar mi cuenta de correo para verificar que nadie ha escrito cada 30 segundos sin preocuparme más por la señal.

Hugo Sánchez

Ya bien reza el refrán que el pez por su boca muere. Yo sé que había prometido no hablar de futbol en este blog pero debido al rotundo fracaso de mi blog futbolero (que por cierto aún no me atrevo a borrar definitivamente), me desquito aquí.

Ya he despotricado contra ese que se dice director técnico nacional y no repetiré lo que ya me han escuchado decir. Me limitaré a enviarle un mensaje al macho: Si tienes un poquito de dignidad (lo cual dudo puesto que después de tu cobardía en el mundial del '94 regresaste de España para jugar con el Celaya, el América y el Atlante), renuncia antes de hacer más daño.

Hueva crónica

Aún en la prepa, una gran amiga me dijo un día sin siquiera agua va, que yo sufría de "hueva existencial". Por supuesto le creí en el instante e incluso estuve de acuerdo con ella sin saber que con eso no hacía más que prolongar el padecimiento. Según ella, la hueva existencial la evidenciaba con mi manera de caminar, como si trajera el mundo a cuestas y eso me pesara de verdad. Yo por supuesto sólo atiné a decir: "Ay, qué hueva".

Años más tarde, en la universidad, mis homemates y yo llegamos a la conclusión de que los sillones de la sala de la casa en Querétaro (Rosalba, para los que se acuerden, aunque ya no sea rosa), estaban infectados con húevola. Esta rara enfermedad atacaba a todo aquel que se sentara un momento en ellos, especialmente entre las dos y las cuatro de la tarde de cualquier día entre semana y provocaba unas incontenibles ganas de dormir.

Fue hasta después de mucho razonarlo que me di cuenta de que ambos eventos, al parecer aislados, eran en realidad consecutivos pues solamente una persona que padece de hueva existencial puede ocasionar una epidemia de huévola en unos apacibles e inofensivos -en apariencia- sillones de una sala.

Lo interesante de todo esto es que veo que la terrible enfermedad de la hueva existencial, ha provocado en mí oleadas de hueva crónica que se manifiestan durante los fines de semana y los periodos vacacionales en los que por falta de dinero decido quedarme en casa. Esto me ha sucedido en los últimos días en los que al principio, a pesar de haber tenido muchos planes, se han quedado en eso puesto que a la hora de querer ponerme a trabajar, con sólo pensarlo la hueva me invade y me tumbo derrotado en la cama a leer o escuchar música y si el ataque es muy fuerte termino en el sillón idiotizado con la televisión.

Si alguien de ustedes conoce algún remedio para esto por favor pásemelo, por más doloroso que pueda parecer. Digo, la verdad es que ya me siento mejor: prueba de ello es que estoy escribiendo mi blog, que por huevón no había actualizado en un rato; pero no quiero lanzar campanas al vuelo y prefiero sincerarme con ustedes para ver si conocen la solución.

En fin, pueden dejar sus sugerencias en los comentarios. Y sólo me resta decir que afortunadamente es viernes, aunque sea santo.

SiNfuLJaMeS

marzo 01, 2008

Hoy fui a ver Juno


Lei la sinopsis y quise ir a verla. Al principio estaba dubitativo porque, al igual que una amiga, pensé que iba a ser otra "girly movie" de esas que son odiosas porque o son feministas o desbordan miel de la pantalla con un galán que hace suspirar a varias.


Sin embargo su escritora ganó el oscar al mejor guión original y eso me animó mucho. Después leí acerca del libro que editó Diablo Cody de cómo vivió un año como stripper nada más por vivir la experiencia y después escribir el libro y me convenció de su originalidad.


Ya hablando de la película y sin el afán de hacer una crítica y calificarla con cinco estrellitas me limitaré a decir que me sentí identificado con uno de los personajes (tendrán que verla para saber cuál), y eso estuvo muy cabrón.


La trama está cagada (sí, esa es la mejor palabra para describirla), y en realidad creo que el guión está muy bien hecho. El final me pareció innecesario y hasta demasiado hollywoodense pero bueno, después de todo también se vale, y la rola lo justifica. Las actuaciones son muy buenas, Ellen Page definitivamente está muy cañona (sí le crees que tiene 16), y la misma Jennifer Garner a la que me costaba trabajo ver fuera de su papel de Elektra lo hace muy bien.


Pero bueno, en realidad creo que lo que más me impactó fue verme reflejado de una manera tan perfecta en un personaje. Así me siento en este momento y no lo puedo evitar. Me entristece lo que ocasiona esto a mi alrededor, aunque por otro lado también me libera y me hace sentir muy bien conmigo mismo.


Un gran amigo me dijo hace poco que en realidad la vida se trata de buscar la felicidad. Hay pocos que se atreven realmente a hacerlo por las consecuencias que esto trae y ahora lo entiendo perfectamente. También entiendo ahora su filosofía de vida y en estos momentos la abrazo como mía también.


Los demás seguramente estarán juzgando, sin bases y desde afuera como casi siempre, pero no me importa. Todos tenemos derecho a ser felices, aunque en el camino hagamos infelices a otros buscando nuestra propia felicidad. Eso es lo que es duro, pero así es la vida.


En fin, gracias Diablo Cody por dejarme reflexionando tanto y gracias a Jason Reitman por retratarme tan bien en una película que es todo menos una girly movie.


Vayan a verla y si alguno de ustedes está en una "mid-life crisis" o tiene una crisis de pareja tengan cuidado con las identificaciones.


SiNfuLJaMeS