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Cholulteca. Quesque actor de teatro. Dedicado a la publicidad. Amante de la música (la buena), el vino (el bueno, sobre todo tinto) y la lectura. Y por supuesto, escribir en este blog.

enero 18, 2008

Hoy en mi cumpleaños

“Hoy en mi cumpleaños, pensé conseguirme media tonelada de flores, siete miradas distintas, quinientos besos de sabores, un collar de perlas amarillas, dos boletos para el cine y un disco de los Rolling…” Así me cantaría yo la canción de Delgadillo pero creo que no. Además me da hueva. No la canción, ni Delgadillo, sino conseguirme todo eso para mí.

Hoy es mi cumpleaños. Me sentí muy chido porque recibí una llamada telefónica (a las dos de la mañana), para felicitarme. Agradezco a esa persona el gesto porque me hizo consciente, en ese preciso instante, de que en realidad es mi cumpleaños la oportunidad estupenda para sentirme bien conmigo y celebrarme, independientemente de lo que los demás hagan o dejen de hacer.

Con esto en mente me levanté a las siete de la mañana y me tomé mi baño. El baño de la mañana es un momento importante para mí porque ahí hablo conmigo y reflexiono, aunque en invierno resulta un poco más complicado porque el frío no permite estar mucho tiempo ahí. De todos modos lo aproveché y fue la ocasión perfecta para confirmar celebrarme a mí mismo mi cumpleaños.

Afortunadamente es viernes y eso implica que puedo ir a la oficina sin corbata, lo que resulta para mí un excelente regalo. Eso también me permite disfrazarme de persona normal y vestirme de jeans y tenis aunque esté en la oficina (cosa de que lunes a jueves es impensable), por lo que hoy traté de estrenar lo más posible así que me puse unos jeans “semi” nuevos que me compré en diciembre y ropa interior nuevecita.

Cuando llegué a mi auto decidí que hoy no iba a escuchar los noticieros de camino al trabajo y me celebré por primera vez cantando junto con el cuarteto de Liverpool “Birthday” para mi mismo. Es curioso porque la letra de la canción dice: “They say it’s your birthday, it’s my birthday too, yeah…” pero en realidad nunca he conocido a alguien que celebre su cumpleaños el mismo día que yo. Sólo se de Kevin Costner pero ese no cuenta, así que si saben de alguien más preséntenmelo para no sentirme único.

Recibí varias felicitaciones en la oficina, muy buenos deseos, muchos abrazos y a la hora de la comida fuimos al Sushi-Itto (lugar de mi preferencia). Muy rico por cierto. Y para la noche iremos a un bar a escuchar rock en vivo en lo que mis papás se van a la conferencia de El Secreto.

Creo que será un buen final para un gran día. Ya les contaré cómo me fue.

Saludos a todos,

SiNfuLJaMeS

enero 14, 2008

Esto es una jalada

Intenté comenzar echando un choro respecto a la ética y mi relación personal con ella pero la neta es que no: esto se debe decir directo y sin adornos.

El caso es que an días pasados DDB llegó a presentarnos unas propuestas para una nueva campaña (que por cierto están de pelos), pero antes tenían que presentarnos algo con lo que nos íbamos a "cagar", palabras literales del VP Creativo.

Comenzaron mostrándonos la publicidad de Hardsell que tuvo a bien publicar nuestro respetado rival en el mercado Toyota. En caso de que no la hayan visto todavía se trata de una publicación en prensa que muestra un lay-out completamente ajeno a ellos con situaciones en las que denotan que la persona de la foto se quedó perpleja por la oferta de Toyota. En la primera, una mujer dejó caer su paleta sobre el periódico en cuestión y en la segunda a un hombre se le derrite su helado por lo mismo.

Esto podría ser considerado un avance en la comunicación de la empresa nipona y no tendría mayor trascendencia de no ser porque se trata de un completo PLAGIO.

Resulta que, la pseudo agencia que le maneja la publicidad en hardsell a Toyota (que por cierto no es Saatchi & Saatchi), se fusiló esas ejecuciones de DDB Milán. Pero no sólo copió el concepto creativo para ejecutarlo de diferente manera (que aunque no deja de ser una especie de plagio es algo socialmente aceptado, sobre todo si la ejecución nueva supera a la anterior), sino que se trata de una copia fiel y total de los artes de DDB. Parecería como si incluso la dirección creativa la hubiera hecho la misma persona puesto que imitaron hasta los colores del entorno y, por momentos, las manchas del helado derritiéndose.

Me cuesta trabajo creer que haya gente tan ingenua que no se imagine que cuando haces algo tan descarado, nadie se va a dar cuenta. Sobre todo por creer que Milán está muy lejos y quién chingados va a ver las similitudes con algo que se publicó en Italia en noviembre del 2006 ¿o no? Pues se la pelaron compadres, en breve tendremos todas las evidencias disponibles para responder como empresas y esperemos que por lo menos rueden cabezas en esa pseudo-agencia creativa sin talento.

En fin, espero en breve poderles poner las gráficas para que se den una idea más clara de lo que digo, por lo pronto (y aquí viene el choro), no dejemos la ética de lado: es algo que nos debería acompañar siempre. Que cada quién lo analice y si le queda el saco que se lo ponga.

SiNfulJaMeS

enero 11, 2008

Pensador

Hoy que por casualidad estuve escuchando y leyendo algunas notas acerca de la muerte de Andrés Henestrosa, me sorprendió el hecho de que varios lo consideran el último pensador mexicano de su época; y fue entonces cuando me llegó la iluminación: Yo quiero ser un pensador. Me da mucho coraje haberlo decidido hasta ahora (cumplo 33 años el próximo viernes), pero me gustaría que en mi epitafio me despidieran con el honroso título de “PENSADOR”.

Ahora bien: ¿qué fregados se tiene que hacer para que la sociedad me reconozca como pensador? Porque es un hecho: todos pensamos. Algunos menos que otros, otros no pensamos lo que deberíamos y otros más desperdician esa capacidad decidiendo no hacerlo, pero de que todos estamos fisiológicamente posibilitados, eso que ni qué.

Pero ¿y entonces? ¿Cuál es la receta, en caso de que exista, para poder convertirse en un honrado pensador reconocido de nuestro país?

Citando al Universal, Andrés Henestrosa era: un “poeta, narrador, ensayista, orador e historiador”. Si hay que ser todo eso para llegar a pensador me queda mucho trecho que recorrer y no se si el tiempo.

Yo he intentado ser orador, aunque seguramente no como Henestrosa (me limito a maestro de ceremonias y quesque moderador en algunos eventos). He intentado ser ensayista, aunque no creo compararme con él, por más pulido que esté mi “estilo” a estas alturas de mi vida. Historiador siempre me ha parecido una profesión fascinante, pero no para mí. Así que no he sido más que un poeta frustrado y creo que narrador, lo que se dice narrador si he sido, aunque mis narraciones tienen más que ver con anécdotas y chistes que con algo más trascendental.

O sea que básicamente estoy jodido. A los 33 años descubro algo que quiero ser pero me doy cuenta que he navegado en la dirección incorrecta durante todo este tiempo. Que he permitido que los kilos se me suban al cuerpo, que los pelos y las arrugas me cubran la cara (literalmente), que el cabello comience a escasear en mi azotea, y todavía no he publicado nada ni me siento cercano a hacerlo.

¿Estaré más cercano entonces a volver a empezar desde el principio para hacerlo todo con un fin concreto? ¿O será cuestión entonces de vivir mi vida como siempre y que de la noche a la mañana, en un intento de cuestión mágica, me convierta en pensador?

Creo entonces que mi única esperanza es que ustedes, mis amigos, se acuerden de este sueño guajiro de su servidor, de esta petición mafufa y sí, alguno de ustedes lo considera prudente en su momento, que me pongan en mi esquela o en mi epitafio que fui un pensador. Ya me encargaré yo de tratar de disuadirlos con pequeños ejemplos diarios de que en efecto, siempre fui pensador, aunque pocos lo reconociéramos.

Ojalá ustedes y la historia sean benévolos conmigo a la hora de realizar su juicio y cumplan ese anhelo cuando me toque entregar mi equipo.

Mientras eso pasa trataré de llegar a mi meta, aunque sea a través de las publicaciones en mi blog.

SiNfuLJaMeS

enero 08, 2008

La diferencia entre rpm, minutos y GB Parte I


este se lo debía a Aura...

Hace muchos años, cuando yo me empecé a interesar en la música, la manera de escucharla se reducía a tres formas principales: la radio, el tocadiscos o el reproductor de cassettes. Y obviamente las únicas maneras que podías escuchar lo que querías eran los tocadiscos y las grabadoras.

De esos dos ahora ya sólo está disponible la opción de los cassettes, aunque cada vez se venden menos y dentro de poco será imposible conseguir un aparato que pueda reproducirlos. Todavía siento nostalgia cuando recuerdo los anuncios de artistas de antaño con la leyenda: “Disponible en LP, CD y Cassette.”.

Claro, el radio sigue estando disponible y vigente, pero las estaciones se han actualizado y ahora transmiten a partir de archivos electrónicos en formato MP3 o en el peor de los casos a partir de un disco compacto, y lo "in" son las estaciones de radio por internet, que ya poco tienen que ver con el concepto original de estaciones de radio.

La evolución de estos métodos de escuchar música han corrido en dos direcciones principales: capacidad y fidelidad. Y en ambos casos se han dado aumentos significativos de unos años para acá. Los CDs, a diferencia de los discos de vinil, permiten grabar hasta 780 MB o 78 minutos de música (lo que dura la 9° sinfonía de Beethoven), y ahora en con el formato MP3, aunque pierdes un poco de fidelidad, ganas mucho en espacio ya que puedes almacenar más canciones en menos espacio. Pero bueno, empecemos por el principio.

Recuerdo que mis papás tenían en lo que era el “estudio” del departamento en México un mueble modular de tubos que formaban estantes, y en uno de ellos estaba un flamante equipo de sonido marca Telefunken. Este equipo de sonido tenía un radio de perilla, un tornamesa para discos de vinil (de 33 y 75 rpm) y un tocacintas.

El primer disco que nos compraron a mi hermana y a mí fue el de Parchís que se llamaba así: Parchís. Era uno que tenía la portada en color negro con una foto del grupo acostados y en la que la ficha azul aún no era Frank (el pelirrojo), sino Oscar aunque los demás integrantes (Tino, Gemma, David y Yolanda), eran los originales. Algunos vecinos y yo cantábamos las canciones bailando aunque a mí nunca me gustó ser la ficha roja (y miren que podría haberlo sido puesto que era el hombre de mayor edad del grupo de amigos), así que prefería ser el dado.

A ese disco le siguieron algunos otros como el de Enrique y Ana con su “superdisco chino”, el de lanzamiento de la Banda Timbiriche (sí, la única etapa que me gustó de Timbiriche y de donde me enamoré de Sasha), y el de Yuri que le cantaba a Tohui, el oso panda nacido en el zoológico de Chapultepec. Incluso llegamos a tener uno del cuento de Pepina la Oruga cuyo vinil era de color rojo transparente, super chido. Creo que todavía podría encontrar esos discos perdidos en algún rincón en la casa de mis papás.

Algunos años más tarde, en navidad, mi tío Lalo tuvo a bien regalarme un LP con los éxitos del ‘83 en el que se incluía una canción de un grupo entonces desconocido en México llamado Quiet Riot titulada “Cum’on feel the noize” que cambiaría mi gusto musical para siempre, pero esa historia va después.

Los LP’s me traen cierta nostalgia aún, puesto que extraño todavía el característico sonido de la aguja cuando se colocaba sobre el disco y este empezaba a girar: emitía un ruidito muy especial (que ahora seguramente todos calificaríamos como de viejo, sucio y obsoleto), que ahora es imposible tener en cualquier otro formato. Los LPs tenían un tamaño que permitía escuchar entre 20 y 45 minutos de música por lado en formato análogo, lo que impedía reproducciones en estéreo y algunas otras cuestiones que en la era digital ya son un "must"; además de que en aquellos tiempos los discos, al igual que los cassettes, tenían un lado A y uno B, lo cual era super chido.

Cuando nos fuimos a vivir a Xalapa le pedí a Santa Clós mi primera radiograbadora y para mi sorpresa, me la trajo junto con tres cassettes, no recuerdo la marca pero me acuerdo que era negra con filitos en rojo y sonaba muy bien. El primero de los cassettes era uno que traía los 20 éxitos de Los Beatles (que fue mi favorito durante años), el segundo era uno de Tina Turner y el tercero el de Holiday de Madonna. Ese hecho que parecería simple de momento marcó mi vida de manera tajante porque a partir de entonces y hasta el día de hoy he destinado parte de mis recursos monetarios a la adquisición de álbumes musicales de diversas índoles.

Recuerdo muy bien cómo a los 9 años llegué a una tienda de discos en Xalapa a comprar mi primer cassette con mi dinero que fue el de Condition Critical de Quiet Riot (el ya para nada desconocido grupo), con el que inicié mi incursión en el metal gracias a la influencia de ese lejano LP que me regaló mi tío meses antes. La persona que atendía en la tienda se me quedó viendo raro pero como llevaba mi dinero en la mano me lo vendió sin chistar.

Mi colección de cassettes siguió creciendo y creciendo. Aunque no con mucha variedad de ritmos ya que me volví elitista y sólo consumía música en inglés, y de preferencia Heavy Metal o mínimo Hard Rock (aunque reconozco que llegaron a colarse cosas como Rick Astley y Stephanie, sí, la princesa de Mónaco): en pocas palabras me volví poco tolerante con la música en mi idioma sobre todo por la poca calidad de los artistas disponibles. Baste recordar que en esos momentos tipos como Franco y Emmanuel cantaban "Toda la vida" (cada uno con su versión de la misma canción) y alternaban el espacio en Videoéxitos (conducido por Gloria Calzada), con Chico-Ché, Rigo Tovar y Los Joao.

Los cassettes tenían una duración variable con un máximo de 100 minutos. Los regrabables los podías comprar con duraciones de 30’, 45’, 60’ ó 90’ aunque realmente podías regrabar cualquier cinta si le tapabas los cuadritos de la parte de abajo con un pedazo de cinta adhesiva.

Eso me abrió los ojos hacia la gran ventaja que representaba la posibilidad de poder grabar tus propios cassettes con tu música favorita incluso canción por canción; ahora podía hacer mis propias listas para que fueran escuchadas como yo quería y así llegó la gran idea: por quien yo quería. Pronto me vi grabando cassettes de música variada, de música tranquila, de música para echar desmadre y de música con mensajes para personas especiales.

Así me hice más adicto a las cintas. Sin embargo tristemente las cintas perdieron parte de su encanto con la llegada de los discos compactos porque aunque tuvieras un cassette con cinta de cromo y botón para encender el sistema Dolby, la fidelidad de un CD no se compara con la de la mejor cinta, sin embargo esa historia será para la Parte II.

Por lo pronto cerraré esta entrada diciendo que tengo el honor de haber grabado seis cintas especiales para seis mujeres especiales que han significado mucho en mi vida. Cada una tenía una selección muy especial de canciones y estuvieron acompañadas (al momento de la entrega), de una carta con instrucciones precisas para evitar que los mensajes fueran malinterpretados. Me ha dado mucho gusto enterarme que algunas de esas cintas sobreviven hasta hoy y siguen siendo especiales para esas personas.

Tristemente mi colección de cintas ahora se reduce a tres grupos de cassettes desperdigados en tres casas distintas sin la certeza de que estén todas las que deberían o las que alguna vez estuvieron. Y ni hablar de que cada cinta se encuentre dentro de la caja correcta porque esa labor titánica creo que nunca la concreté.

Nos vemos en la Parte II...

SiNfuLjAmES

enero 06, 2008

Feliz día de reyes

Hoy, 6 de enero, me desperté temprano (7:37 am considerando que es domingo), y me quedé en la cama calientito, pensando y recordando lo que estaba haciendo ese mismo día de muchos años atrás, aunque es necesaria una advertencia: si hay niños leyendo este texto les recomiendo que dejen de hacerlo.

En mi casa los Reyes Magos casi siempre nos traían ropa y los juguetes nos los traía Santa Clós, por lo que la emoción más fuerte la vivíamos el 25 de diciembre y no el 6 de enero. Sin embargo tengo varias anécdotas que me gustaría compartir con ustedes respecto al día de Reyes.

El primer recuerdo que me viene a la mente de los regalos de los Reyes Magos es que cuando llegábamos a casa de mis abuelos paternos el 6 de enero mi abuelo siempre decía: "vayan a ver si los Reyes les dejaron algo de regalo", y curiosamente nos encontrábamos con algún juguete o detalle muy padre. Uno de los que más recuerdo es un robot de cuerda que caminaba solito, estaba padrísimo.

Pero bueno, uno de los recuerdos más padres que tengo de los regalos del día de reyes fue un año en el que les pedimos que nos trajeran de aquellas estampitas que se llamaban "Scratch n' Smell" o algo por el estilo y que, como su nombre lo dice, tenías que rascar para poder oler la fragancia que traían. Los reyes nos trajeron varias planillas de estampas de los más variados olores (recuerdo unas de olor llanta, otras a zorrillo y unas más a chicle), unas para mi hermana y unas para mí, y nosotros después de verlas y presumirlas con los hijos de los vecinos, las guardamos en un álbum fotográfico para que no se gastaran. Es posible que ese álbum todavía esté guardado por ahí con las estampitas, aunque dudo mucho que sigan conservando la fragancia después de 25 años.

Otro recuerdo muy bueno que tengo de esta fecha es de aquellos años en que vivíamos todavía en México DF (yo salí de ocho años de la ciudad). Recuerdo que yo me desperté el 5 de enero en la madrugada al escuchar ruidos y cuando salí de mi cuarto no me atreví a asomarme a la sala, así que me conformé con ver las sombras proyectadas por las personas sobre la pared con las luces del árbol. Para mi sorpresa vi la silueta de una persona con corona, por lo que asumí que eran los Reyes Magos y me regresé corriendo a mi cama muerto de miedo pensando en que si me descubrían despierto igual y no dejaban los regalos.

También el primer día de reyes que pasamos en Xalapa, Veracruz, fue muy memorable. Mi hermana y yo estábamos muy nerviosos en la víspera así que decidimos dormir en el mismo cuarto (ya tenía cada quién el suyo). Estábamos echando mucho relajo sin poder dormir cuando llegó mi mamá a decirnos que si no nos dormíamos los Reyes Magos no iban a llegar. Entonces el nerviosismo se incrementó porque ahora no sólo teníamos que dormirnos pronto (cosa que no podía ocurrir por lo mismo del nerviosismo), sino que no podíamos ser descubiertos por lo que las risas tenían que ser contenidas, lo que aumentaba considerablemente el grado de dificultad. Para no hacer el cuento largo, durante la madrugada yo volví a escuchar ruidos, desperté a mi hermana y le dije pero decidimos no hacer nada por el miedo a que no nos dejaran los regalos. Pasamos una mala noche por los nervios, pero ahora que lo recordamos resulta sumamente gracioso.

Y bueno, el primer día de Reyes en Puebla fue el que mejores recuerdos me deja. Llegamos a Puebla en el 88 y yo contaba con 11 años de edad, y justo es decir que ya conocía la verdad acerca de la coneja de Pascua, el ratón de los dientes, Santa Clós y, por supuesto, los Reyes Magos. Sin embargo, en el fraccionamiento estábamos rodeados de puros niños más pequeños (mi hermana y yo éramos los más grandes), y decidimos utilizar eso en nuestro favor, sobre todo cuando nuestras vecinas Suárez Vela nos decían que en su casa los Reyes Magos le traían regalos hasta su mamá. Total que ni tardos ni perezosos decidimos juntar a toda la palomilla conformada por Majo y Mafer Suárez, Majo y Anita Camacho y Edurne Ortega en nuestra casa para escribir todos juntos nuestras cartas a los Reyes Magos. Menuda sorpresa se llevaron los papás de todas cuando en sus cartas el 5 por la noche, descubrieron que gracias a la influencia de los Garibay, todas habían solicitado que los Reyes Magos les dejaran sus cartas firmadas. Increíble broma que les jugamos ya que tuvieron que ponerse de acuerdo todos y acudir con mi papá para que todas las cartas fueran firmadas por la misma persona en caso de que comparáramos firmas al día siguiente, cosa que seguramente haríamos.

Por supuesto ese año los Reyes Magos regresaron a dejar regalos debajo del árbol en mi casa pero lo mejor de todo fue que cuando nos levantamos ese 6 de enero y salimos al patio a visitar las casas de nuestros vecinos pudimos ver que había restos de paja, alfalfa, zanahorias y cacahuates dejados por los animales de los Reyes (así como una majada de caballo, también dejada ahí). Y cuando llegamos a casa de los Camacho comimos rosca con un delicioso chocolate caliente mientras todas las niñas nos contaban qué les habían traído los Reyes Magos y, desde luego, se ponían a jugar con sus juguetes y comparar las firmas en sus cartas.

Yo por lo pronto me muero de ganas de tener hijos para poder tener la oportunidad de jugar a ser Santa Clós, Melchor, Gaspar y Baltasar así como la coneja de Pascua y el ratón de los dientes, aunque ya vendrá el tiempo para hacer eso.

Por lo pronto les deseo hoy justamente, que pasen un ¡Feliz día de Reyes! y recuerden como yo, esas especiales anécdotas de la infancia cuando recibían sus regalos del día de Reyes junto a su zapato, en caso de que se portaran bien.

SiNfuLjAmEs

enero 04, 2008

Renovarse o morir

Eso reza un dicho que últimamente me ha dado muchas vueltas por la cabeza y al parecer lo haré, más allá de querer hacerlo o no. Comienza el 2008 con cambios drásticos en mi vida que se han dado de una manera nada ortodoxa y que sin duda marcarán mi futuro, aunque todavía no se en qué sentido.



No quiero hablar de estos cambios sino de la oportunidad que me brinda la vida de renovarme y en lo único que pienso en este momento es en gritarle de vuelta: ¡A huevo que me renuevo! Si lo he hecho antes a la menor provocación, ¿por qué no ahora que tantas cosas me lo reclaman? Sin embargo ahora la renovación será a fondo y eso me entusiasma y me asusta a la vez.



Y así mi vida comienza con un sentido introspectivo en el que planeo encontrarme a mi mismo de manera clara e inobjetable. Pretendo volver a mis orígenes, dar rienda suelta al artista que vive dentro de mí para que ahora yo viva dentro del artista. Necesito estar bien conmigo para poder estar bien con los demás.



Por lo mismo busco renacer como el fénix y levantarme de entre las cenizas para volver a surcar los cielos luciendo maravillosos plumajes, aunque para eso necesitaré morir, y qué mejor manera de hacerlo que crucificado.



Este 2008 cumplo 33 inviernos, tal como Jesús cuando, según la biblia y la historia fue crucificado. No me asusta que me crucifiquen, me asusta que lo hagan sin una razón que valga la pena; después de todo no se cumplen 33 todos los años y no se puede morir crucificado cada cumpleaños.



Por lo pronto, para la representación de crucifixión en la historia de mi vida, necesito los personajes trascendentales de la historia original, así que si alguien se quiere apuntar necesitaré un Caifás (se muere de ganas pero está temeroso de juzgarme), un Pilatos (que me deje a manos de la multitud), un Judas (el único capaz de traicionarme por el inmenso cariño que le tengo), un Pedro (que me niegue tres veces), un Simón (que cargue la cruz conmigo), una María de Magdala (que llore mi muerte), un Barrabás (que sea elegido en vez de mí para salvarse), un Dimas y un Gestas (que mueran conmigo) y un José de Arimatea (que me preste su morada eterna). Interesados favor de contactarme.



En fín, no es casualidad (en la vida las casualidades no existen, sólo hay causalidades), que mencione a Jesús y haga un paralelismo de mi vida con la suya. Últimamente me he sentido muy ligado al Jesús histórico, al que murió en la cruz aunque no haya resucitado, al que reconocen los judíos y los musulmanes como profeta, al heredero del trono de David; y justo es decir que cada día lo siento más cercano.



Mucho se asombrarán algunos de ustedes al leerme hablar así de un tema tan aparentemente ajeno a mí y probablemente se estén preguntando: ¿y ahora a éste qué le picó? La verdad es que han llegado a mis manos tres libros (El Mesías. El niño judío. de Anne Rice, La Esperada de Kathleen McGowan y El apóstol número 13, de Michael Benoit), que tan pronto leerlos han provocado este acercamiento y este sentimiento, y lejos de arrepentirme tengo ganas de leer más al respecto, por lo que no descarto pronto leer la biblia desde un punto de vista más académico y los evangelios apócrifos. Ya les contaré aquí mismo en qué terminan mis pesquisas.



Por lo pronto y sin mayor preámbulo, comienzo a vivir los primeros años del resto de mi vida con la plena confianza de que lo haré a consciencia, sin desgana, con el ánimo de saberme examinado a fondo pero con la certeza de salir adelante con la cabeza en alto, sabiéndome capaz de salvarme sin dejar caer los párpados pesados como juicios (con permiso de Benedetti). En fin, espero verlos en este año a todos y que sean todos testigos de esto que acabo de afirmar.

Un abrazo.

SiNfUlJaMeS