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Cholulteca. Quesque actor de teatro. Dedicado a la publicidad. Amante de la música (la buena), el vino (el bueno, sobre todo tinto) y la lectura. Y por supuesto, escribir en este blog.

julio 07, 2007

Bartoli vs Williams

Es sábado a las 8:29 de la mañana. Ya me rasuré y estoy viendo la final de Wimbledon (se dice Güimbledon, porque sino en México no me entienden). Ya sé, es muy temprano para ser sábado, pero últimamente la cama me escupe a las 7 de la mañana sin importarle un pijo que sea sábado o que ayer me haya dormido tarde. Empiezo a entender por qué mi mujer insiste en que use una crema especial para ojeras, bolsas y patas de gallo...

El caso es que estoy viendo la final femenil, que por cierto está muy mala (hasta vendida diría yo), tipo la final de Roland Garros (y aquí si se dice Grrroland Gaaagrrrós y nadie dice nada ¿verdad?). Ya no hay glamour en el tenis femenil cuando llegan las finales.

Seamos sinceros (hombres heterosexuales), ¿quién no ha soñado con una final entre María Sharapova y Anna Kournikova jugando en lencería? Claro, antes de que la Kournikova saliera en los videos del Iglesias y hasta le tomaran fotos bajándose por los chescos con él.

Sin embargo eso nunca pasará, porque en el tenis las finales las juegan las que mejor saben jugar en cada superficie, aunque a cámara nunca se vean bien.

Y es que de las dos que están jugando ahorita, prefiero incluso a Layton Hewitt. Una francesa (empezamos bien), apellidada Bartoli (aquí empezamos a cagarla por aquello de apellido tipo italiano sin mayores atributos del tipo) y de nombre Marion (este nombre terminó por quitarle toda la onda). Esta tenista tiene un cuerpo bastante pasadito de kilos, sin curvas sexys y con el pelo suelto bastante dañado. Pero eso sí: lleva su conjuntito blanco de minifalda y top de tirantes, gorra blanca, calzones balncos (mi mujer dirá que no lo son, pero bueno) y tenis blancos, todo de la marca de la palomita.

La contrincante es Venus Williams (aquí me voy a atrever a blasfemar: disculpen los expertos pero ¿qué no los hombres deben de jugar contra hombres?), una de las hermanas maravilla: la buena, aunque de buena sólo tiene su habilidad para jugar tenis, como hombre. Y todavía le dicen: "Miss Williams", como para colmo. A ella creo que no la necesito describir, pero haré el intento: afroamericana, de casi dos metros, espalda de nadador alemán, piernas de Diego Armando (cada pierna de Williams es igual a las dos de Maradona en sus buenos tiempos, de largo y de ancho), brazos laaaaaaaargos que le permiten llegar a cualquier bola y vestida toda de blanco.

La verdad, yo añoro esos lejanos días en los que Chris Evert me arrancaba suspiros. En los que Gaby Sabatini me recordaba que las latinas tienen onda y pueden ser exitosas deportistas también. En los que la Jennifer Capriati demostraba que se puede ser tenista y estar a la moda. Bueno claro, habían sus excepciones a la regla como la infame Martina Navratilova, que lo que tenía de fea lo tenía de excelente tenista. Y más para acá cómo olvidar a Mónica Seles, a Martina Hingis y la misma Kournikova antes de demostrarnos que en efecto, no jugaba tenis pero estaba lo suficientemente buena para ligarse un "partidazo" que la sacara en sus videos.

En fin, que el partido está medio malo (en realidad está bueno porque contrario a lo que parecía, está parejo, pero como no hay mucho que "ver"...), así que mejor me voy a bañar para irme feliz a la sesión de risoterapia que supone mi ensayo de teatro.

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